Se trata de una pieza de joyería «muy singular» e interesante, que durante 67 años se consideró la más importante de cuantas posee la Virgen. Regalo de Isabel II en 1846, la corona se impuso a la sagrada imagen de Nuestra Señora de las Angustias durante una solemne ceremonia en el interior de la catedral, el 25 de marzo de 1846; mucho antes de que la Iglesia Católica permitiera y estableciera las coronaciones canónicas de imágenes marianas.
Corona regalo de Isabel II en el año 1846. En unos momentos de tensión política en nuestro país, terminando la regencia de Espartero, el día 12 de agosto de 1843, una Isabel II de tan solo 13 años escribía lo siguiente:
“…determiné rendirle homenaje con una corona de oro, que fuera en todo tiempo testigo vivo de mi gratitud, de mi acatamiento y cordial devoción a la Santísima Virgen.”
La pieza está realizada con elementos que podríamos calificar como orientales. Está confeccionada en oro de 20 quilates en el canasto e imperios, mientras que la ráfaga es de plata con motivos florales, flamígeros y estrellas.
Destaca la originalidad del detalle de los dos ángeles de plata que flanquean el orbe coronado, realizado en oro. Su coste fue de 34.260 reales y 8 maravedíes. La pieza fue elaborada por la Real Fábrica de Platería Martínez y terminada en mayo de 1844.